María José siempre aprobaba Matemáticas. Hacía los deberes, era responsable, atendía en clase, era ordenada y seguía al pie de la letra las instrucciones del profesorado. Era lo que cualquier docente podría denominar “una buena estudiante”.
Pero eso no le salvó de toparse con las Matemáticas en los diferentes cursos.
En 1º de la E.S.O.
Ciencias Sociales era su asignatura favorita.
¿Sabes por qué?
Porque se empezaba a hablar de Ecología, Sostenibilidad, Reciclaje… Desde bien pequeña reciclaba en casa, obligaba a su familia a hacerlo y ese verano justo le había escrito una carta a Greenpeace para decirles que quería unirse a su movimiento.
No sabía qué tenía que ser de mayor para poder combatir la contaminación del planeta, así que le preguntó a su profe, don Víctor, qué debía estudiar. Él le dijo: “Debes ser Bióloga”, y eso se grabó en su cerebro.
La pena es que su sueño estaba a punto de truncarse, pero ella aún no lo sabía.
En 2º de la E.S.O.
Aquí apareció un profesor. El mismo profesor de Matemáticas que había tenido su hermana Isa, don Hermenegildo. El culpable de que ella odiara las Matemáticas de por vida.
Él era una buena persona, pero no quitaba para que fuera un mal profesor. ¿Sabes el típico profe hablador y bromista que no sigue ninguna estructura en clase? Pues ese era él.
Para una alumna como María José ese tipo de profesores le hacían despistarse y no entender las Matemáticas. Ella era organizada y racional y necesitaba un método, un guion, una estructura, algo en lo que apoyarse cuando tuviera que hacer sola sus deberes en casa. Al no existir un método que le ayudara, se dedicó a hacer lo que la mayoría de estudiantes: SOBREVIVIR a las Matemáticas cada curso.
Ese año, pudo aprobar la asignatura. Pero era su peor nota hasta la fecha. Y después vendrían peores.
Ahí empezó a torcerse su camino con las Matemáticas.
En 3º de la E.S.O.
Aquí fue donde se dio cuenta de que si quería ser bióloga, necesitaba llevar bien no solo las Matemáticas, sino Física y Química, así que su futuro estaba en juego.
En 4º de la E.S.O.
Decidió hacer la modalidad de Ciencias Sociales. Quizá eso le permitiría seguir teniendo la opción de estudiar Biología o algo relacionado con los animales, los mares o la Ecología. La opción de Ciencias no se la planteaba, porque sencillamente, no podía, no sabía, no entendía Matemáticas.
En 1º de Bachillerato
Llegó el batacazo.
Tenía buenas notas en todas las asignaturas, su futuro se presentaba prometedor… pero las Matemáticas se habían propuesto amargarle la vida.
Suspendió.
Era la primera vez en su vida que le quedaba una asignatura para septiembre. Su hermana mayor que estudiaba Ingeniería le ayudó ese verano. Pero no funcionó. Había arrastrado tantos años los problemas de base y la bola se había hecho tan grande, que las Matemáticas se habían convertido en un auténtico suplicio.
Llegó septiembre y… no aprobó.
En 2º de Bachillerato
Pensó que tenía que aprobar todas las asignaturas más las Matemáticas de 1º.
El mundo se le vino encima.
Pensó: “No puedo. Es imposible. Si no he aprobado las Matemáticas de primero de Bachillerato, ¿Cómo voy a aprobar las de segundo? y ¿Cómo voy a conseguir aprobar el examen de acceso a la universidad?
Le dijo a su madre que sola no podía, que necesitaba ayuda. Necesitaba un profesor de Matemáticas. Tenía que aprobar sí o sí.
Su madre consiguió un profesor para ella. Tarea nada fácil cuando vives en un pueblo de 2.500 habitantes, pero se las arregló para que uno de los profes del instituto le diera clase por las tardes.
Después de clase, María José comía rápido y a las cuatro estaba en casa del profesor. Él simplemente se dedicaba a resolver ejercicios, sin ningún método, ni esquema, pero por poco que hiciera, era el empujón que ella necesitaba.
¿Qué ocurrió al final de curso?
Aprobó por fin las Matemáticas que tenía pendientes de 1º de Bachillerato.
Aprobó el examen final de 2º de Bachillerato.
Pudo acceder a la Universidad
… peeeeeero
no iba a estudiar Biología.
Al suspender Matemáticas durante años, había tenido que decidir un camino alternativo y apartó ese sueño de su vida.
María José ahora es una mujer adulta. Es consciente de todos los quebraderos de cabeza que se hubiese ahorrado si ESQUEMÁTICA hubiese estado en su vida cuando era adolescente.
Su situación se habría arreglado en segundo de la E.S.O. y no hubiese tenido que descartar opciones de futuro solo por no tener una buena nota en una asignatura.
No quiere que esto le vuelva a pasar a nadie y menos a su hijo. Por eso decidió en septiembre comprar el pack ESQUEMÁTICA para que él empezara a trabajar desde 1º de la E.S.O. con los esquemas y ejercicios.
Sabe que su hijo será lo que él quiera ser y no tendrá que descartar una carrera o una profesión solamente por no entender las Matemáticas.
Si tú tampoco quieres que tus hijos tengan que elegir, puedes adquirir tu Cuaderno ESQUEMÁTICA aquí.
Te deseo que puedas elegir y no descartar el futuro que sueñas.
Un abrazo,
Encarni.
Creadora de los cuadernos ESQUEMÁTICA.
Directora del laboratorio ESQUEMÁTICA.
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